Cuéntame un secreto por cada raya de colores



-¿Quieres que te cuente un secreto? –pregunta aclarándose la voz.

-Me encanta que me cuentes cosas –le contesta sonriendo.

-Está bien, cada día te contaré un secreto por cada raya de colores–dice riendo y parece que vuelve a tener cinco años. Le apasiona verla así y no le importa seguir sus extravagantes juegos solamente por complacerla-. Empecemos por el… ¡rosa!

Él asiente y se sienta junto a ella, mirándola a los ojos. No logra acostumbrarse a tenerla tan cerca, a que sus ojos sólo lo miren a él y a nadie más.

-¿Qué secreto me deparará el rosa? –le dice.

-Una virtud o un defecto, según como lo mires –se calla un momento e inspira para coger fuerzas-. Tengo tendencia a obsesionarme con los olores, es algo que no puedo evitar. Creo que soy capaz de reconocer a una persona sólo con tenerla cerca de mí –dice la chica, y se sonroja al contarle aquello.

Seguramente debe de estar pensando que está loca o estará maquinando un plan para huir de ella lo antes posible, pero para su sorpresa él comienza a reírse.

-Quizás tengas algún tipo de súper poder, pero dime ¿a que huelo yo? –sonríe y piensa que aunque no tenga ningún tipo de súper poder, es realmente única.

-Es un olor fuerte, masculino, pero que resulta agradable para todos los sentidos. Una de esas fragancias que te imaginas en el cuerpo de cualquier modelo alto y fornido.

-Vaya, no pega mucho con mi descripción. No me veo desfilando por una pasarela.

-¡Eso que lo digas tú! –le contesta la chica riendo-. ¿Y yo que aroma tengo? –le pregunta con curiosidad.

Se queda pensativo un momento y se acerca a ella lentamente, hasta acariciar suavemente la piel de la curvatura de su cuello con la nariz. Le hace cosquillas el roce de su piel y no puede evitar encogerse hacia el lado conde siente su grata caricia. Sin quererlo, la mejilla de la chica roza la piel del rostro del chico y la hace enrojecer cuando empieza a susurrarle en el oído.

-Es una fragancia suave y dulce, con olor a muchas flores que me hace imaginarte como una dríade danzando por el bosque. Hueles a feminidad, a la ambrosía que atrae mis labios en busca de un solo roce que me conceda la inmortalidad, a la atracción de dos imanes juntos por las leyes escritas –susurra perfilando su mandíbula con la nariz, dejando chocar su aliento contra su piel, que la hace estallar en escalofríos-. Tienes ese olor infantil que me llevaría hasta los confines entre la vida y la muerte sólo por protegerte –murmura delante de su mentón-; pero sobretodo tienes el exclusivo aroma de la persona a la que he estado esperando. Tienes el olor de una amante hecha a medida.

Se queda quieta un momento, con la respiración acelerada y el pulso errático.

-Bastante preciso para no tener mis súper poderes –tartamudea sin evitar decir una estupidez.

El chico se ríe suavemente y se separa de ella nervioso.

-Júrame que la próxima vez que te vea no sea en un lugar donde haya un timbre.

Al instante siguiente vuelve a sonar la campana y se traga su juramento. Solamente espera que él lo haya escuchado.

¿Has visto? ¡Los "hasta luego" dichos con una preciosa sonrisa son un "quiero verte de nuevo" de verdad!
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6 comentarios:

  1. Jo, pues con alguno que cambia de colonia cada dos por tres lo iba a tener difícil.

    miau
    mimoso
    en
    bici

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  2. atenta :), los hombresquehuelenbien no abundan, agárralo bien :D

    Sigo el blog ;)

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  3. Es verdad, Dara, esperemos que no cambie de colonia.

    Christine, ¡gracias por seguir el blog! Sí, el diré a La chica del gorro de Moscú que lo agarre bien bien :D

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  4. Jaja, me ha gustado mucho el texto.
    Así que te sigo, ¿vale?
    Un beso :]

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  5. ¡Me alegro de que te haya gustado y gracias por seguir el blog! :)

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  6. Luego me dices que no te leo...
    ¿Sabemos el nombre del "parfum"?

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