Nada serio, nos mentíamos llamándolo



Aquella noche no era de contar cosas bonitas ni mucho menos para tener una de esas sonrisas que iluminaban toda la habitación, como solías decir. Cenábamos solos en un bar tipo americano que estaba dejado de la mano de Dios y para que engañarnos, estaba vacío de clientes y la mugre amenazaba con darte un buen mordisco; pero no solía importar, se había convertido en nuestro sitio favorito. Pero aquel día estábamos mortalmente callados, cada uno mirando para su plato con miedo a encontrarse con una mirada interrogativa en los ojos del otro. ¡Pero qué estupidez más grande, si parecíamos dos enamorados! Habíamos dejado bien claro que lo nuestro no era ni jamás sería nada serio, pero allí estábamos los dos, hundidos cada uno en sus pensamientos con pánico a pronunciar una sola palabra. Que me llevaras a casa y te despidieses de mí con un movimiento de mano no fue la gota que colmó el vaso, fue la maldita gota que lo destruyó todo. Y pensar que subí a casa como un alma en pena, que de lo único que fui capaz fue de quitarme los zapatos y caer sentada en el suelo del salón es algo que me produce escalofríos todavía. Me alegro de no haber llorado, o por lo menos no en aquel momento, que la pena me apretaba el pecho y las costillas pero no la dejé salir de allí, quizás porque pensaba que si se escapaba ya no quedaría nada tuyo a lo que agarrarse aunque fuese doloroso. Tardé días en sacarme la melancolía de encima, que ni abriendo las ventanas y encendiendo el ventilador se iba aquel aire contaminado.
Que lo de “lo nuestro no es nada serio” es la mayor mentira jamás contada, seguida de la letra pequeña de todos los contratos que nadie lee, porque en este acuerdo de nada serio se nos olvidó recoger que tres años de ir a cenar juntos martes, jueves y sábados y salir todas las tardes de los lunes, miércoles, viernes y domingos no servía para crear un gran lazo. No sirvió para nada. Tú que solías decir que era un pequeño caso especial y extravagante dentro de toda la humanidad padezco del mismo mal que la mayoría de ellos, mal de amores y un no-novio que protagoniza tus pesadillas favoritas.

Y así te quedas, con un mensaje al día siguiente sobre las diez de la mañana diciéndote que lo siento mucho, pero quizás deberíamos dejarlo por un tiempo. No, si aún fui afortunada, siempre pudo haber sido un no es por ti, es por mí.
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10 comentarios:

  1. la verdad , esque eres muy buena realmente me has dejado impresioando , sigue asi :D

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  2. si, fuiste afortunada... porque ese "no es por ti, es por mi..."
    es de las cosas con las que no sabes que hacer... me río... lloro... o me limito a fingir que no he escuchado...
    que me ha encantado el post...
    un saludo...

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  3. Hola, como estas ???
    Permiteme presentarme soy Romina administradora de un directorio de blogs y webs, visité tu página y me parece un exito, me encantaría contar con tu site en mi sitio web y asi mis visitas puedan visitarlo tambien.
    Si estas de acuerdo no dudes en escribirme
    Exitos con tu página.
    Un beso
    rominadiazs@hotmail.com

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  4. ¡Muchas gracias a todos, sois un cielo! :)

    Romina, te he agragado al msn que tengo exclusivo para el blog pero si no te pillo conectada ni nada, ¿podrías mandar un mail informándome de la web, por favor? (y la dirección jajajaja) :D

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  5. Y que digan luego que eso no es nada, que el lazo no se ha hecho fuerte. Que lo digan, que entonces se destrozarán por dentro mutuamente.
    ¿Óigame Srta Ambrose, que es de usted?
    ¡un besazo!

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  6. Nonono, qué es de usted, señorita Ellie, que no la veo por el Chat de Carrousel ¬¬ jajajaja.

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  7. madre mía tía... es que eres INCREÍBLE!!!
    yo tambien escribo historias y eso, pero tú tienes como una especie de don (:

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