¿Quién soy?

No lo sé y tú tampoco, por mucho que te enfades conmigo al leer esto, por mucho que me lo quieras negar y basarte en no-razones como decirme tu nombre.

Yo también puedo describirme así a esa pregunta. Sí, me llamo Laura, tengo el pelo rojizo y rizo y tengo los ojos verdes. ¿Pero acaso eso contesta a la pregunta? Quizás también puedas decirme que eres simpático, compasivo incluso un buen amigo ¿pero eso es verdaderamente quién eres?

Quizás para los más poco audaces sí ¿pero que hay más abajo? Piénsalo, yo diría que sí.

Sería muy fácil contestar con tan solo una mínima descripción física y psicológica ¿pero no crees que hay algo más?

Si tan solo fuésemos eso, qué decepción. No sería difícil entre todos los millones de personas encontrar a alguien con tu misma descripción física y una personalidad parecida a la tuya. Pero sabemos que no todos somos iguales ¿no es así? 

Entonces, qué es lo que nos hace diferentes. Algo que no se ve, algo que está en nuestro interior. Llámalo alma, llámalo conciencia o pensamiento.

Pero tampoco sabemos que es. Yo no lo conozco, no sé cómo es verdaderamente. ¿Y acaso tú sí?

¿Qué quieres llegar a ser?

Sin duda, ya te acabas de poner a pensar en un futuro trabajo, en una futura familia. ¿Se basa en eso nuestra existencia? ¿Qué es vivir entonces?

Para algunos vivir es disfrutar, ayudar a los demás. Pero no es una contestación a la pregunta, más bien son unas acciones que desarrollamos a lo largo de nuestra vida. Pero no sabemos que es vivir. Sabemos que estamos aquí y en este mismo instante. ¿Acaso eso es vivir? Porque, escritores, científicos, reyes, filósofos y un sinfín de personas han vivido hace siglos y siguen viviendo en la actualidad a lo largo de la historia. ¿No sigue Shakespeare vivo a pesar de que no está en este mismo instante aquí?

Sin duda, existen miles de preguntas sin respuestas. Por no hablar de donde surge todo.

Esta es tan solo mi vaga reflexión, el comienzo de unos interrogantes que todo el mundo debería plantearse en su vida.