Qué decir. Qué decir ante una situación así y qué cojones
hacer. Me ducho sin prisas, vamos, ningunas. Si ya de por sí es deprimente ir a
clases, hoy todavía más. ¡A saber la de alumnos que podían haber visto aquel
espectáculo! La de palizas que me iban a llover, por favor, por no hablar de
los cotilleos, dedos señalándome, mi nombre en un montón de bocas y, lo que
todavía es peor. Hylekia sentada a mi lado. No creo que pueda soportar esta
angustia, esta ansiedad. Joder.
Ni desayuno. Tengo el estómago cerrado y el tiempo justo
para llegar al instituto. Eso si que no es un problema, por mí, como si me llevaba
toda la mañana llegar. Pero es el segundo día, los profesores aún tienen que
presentarse, hay que causar buena impresión y blablablá –intenta convencerme mi
parte más cuerda- pero mi instinto me grita que salga por patas a otra ciudad,
que me exilie o algo semejante. Arrastro los pies, con una lentitud increíble,
casi tanto como si estuviese andando por la Luna pero termino por llegar a la
cárcel matinal, aunque pasen diez minutos de la hora. Y soy un imbécil en
potencia. Voy hacia clase para ver si me deja entrar el profesor o profesora.
Así, con dos cojones me veo llamando a la puerta y cuando un adelante se cuela por las bisagras de la
misma creo que me cago encima. De verdad, literalmente. Me tiemblan las manos
para sujetar el picaporte de la puerta y cuando pongo un pie en el aula se hace
el silencio, uno pesado, de esos que se te clavan en los tímpanos. No oso
levantar la vista, vamos, ni que me pagasen con todo el oro de Moscú, me llega
con sentir las miradas de todos los alumnos clavadas en mí, analizando cada
pasa que doy, cada gesto, cada respiración. Y llego hasta mi pupitre, donde
Hylekia ya está sentada y se pone firme, aguantando la respiración.
-¡Ahora es cuando se la va a follar! –se escucha gritar al
gracioso de la clase desde las primeras filas y al instante una sonora
carcajada multitudinaria.
Vale. Si no lo tenía claro que todo el mundo se había
enterado, ahora ya me había quedado clarito. Dejo caer la mochila con estrépito
y me siento casi sin respirar. Hylekia mueve las manos un número indeterminado
de veces por minuto, acariciándoselas mientras mantiene la vista fija en la
pizarra. Joder, vale que sea una tía popular y que todo el mundo la respete
pero que el raro de turno la bese en medio de la Peatonal puede hundirle la
vida social a cualquier. Quiero pedirle disculpas, a ella, ante toda la clase
pero no tengo fuerzas, no tengo ese algo que se necesita para alzar la voz un
poco. Y es que ni siquiera soy capaz de quitar la libreta y las cosas de la
mochila.
La profesora pide orden y sigue a lo suyo. Esta vez escucho
como dice mi nombre pero Hylekia no se molesta en avisar de que soy yo. Repite
mi nombre. Y otra vez hasta que una chica de primera fila le dice quién es ese
tal Theron y le da una explicación a mi conducta. Me pregunto si habrá optado
por la de “asesino en serie” o “fugitivo de guerra”, son de las más codiciadas
por los chismosos. Pero da igual, yo tengo la mirada clavada en la mesa, todos
los músculos agarrotados y la respiración contenida. Cualquiera diría que soy
una estatua. Me duele la mandíbula de la presión, de la fuerza que estoy
haciendo apretando los dientes pero no puedo hacer nada por evitarla, por
disminuirla. Y así me hayo, con aquella guisa. Creo que me voy a desmayar, más
bien estoy seguro de ello, máxime cuando empiezo a notar la vista borrosa, una
punzada en la frente y una desorientación desorbitada.
Theron cayendo sobre
la mesa en tres, dos, uno… Pero ni siquiera creo terminar la cuenta atrás,
se me va la cabeza.
Y despierto en mi cama, de nuevo, sin zapatillas y tapado
casi hasta las cejas. Abro los ojos con cuidado y descubro a Anna Elle a mi
vera, sentada en una silla. Cuando me ve despertarme sonríe y pone cara de
circunstancias, como a punto de empezar a echarme la bronca pero un carraspeo
hace que gire la mirada hacia el otro lado. Un doctor, deduzco, por su bata
blanca y, sobre todo (avispado de mí) por el estetoscopio me mira con cara de
enfado.
-¿Cómo te encuentras, muchacho?
Asiento con la cabeza, sin contestar nada. Me encuentro
normal, bueno, hecho polvo pero es cómo me suelo encontrar después de
desmayarme.
-Anna Elle me ha contado que ayer también sufriste otro
desmayo, ¿estás comiendo bien?
-¡Para nada! –contesta ella misma antes de que pueda abrir
yo la boca para contestar-. Hoy mismo se ha ido al instituto sin probar bocado,
¡te parecerá bonito, Theron!
El médico niega con la cabeza. Bueno, es que ya era lo que
me faltaba, bronca general de todos. ¡Para un día que no desayuno, por favor!
Cierro los ojos y hago un vago intento por ignorarlos mientras se quedan
hablando de no sé qué vitaminas, comida equilibrada y no sé que más chorradas. Vista
mi indiferencia, el doctor sale de la habitación con Anna Elle detrás
murmurando un “te tendremos controlado”.
Casi me echo a reír, por favor, ¿me van a poner un policía detrás para
asegurarse de que tomo las cinco comidas diarias? Aquí la gente se droga, más
que yo incluso.
Intento levantarme de la cama para ir a darme una ducha pero
me vuelvo a quedar acostado, me duelen todos los huesos y la cabeza todavía me
da vueltas. Suspiro lentamente mientras me quedo mirando el techo, no tengo
sueño y se me está volviendo a juntar todo en la cabeza malamente. Drogas,
Hylekia, las clases. Agh. Como desearía poder borrar lo que había hecho pero
qué le vamos a hacer, cosas de adolescentes conflictivos. Es ahora cuando
recapacito un poco más y me doy cuenta de como ha sido “mi primer beso”. Esa
chorrada con la que se emocionan y sueñan todas las jovencitas. Que si su
príncipe azul, que si cogiditos de la mano en una apuesta de sol. Duramente
había roto los estereotipos. Hasta la cejas de drogas y en medio de la
Peatonal. No entiendo ni siquiera como he sabido como se hace, muchas películas
de esas romanticonas de los domingos por la tarde (porque, de las porno no ha
sido, de eso seguro).
Me ha encantado este capítulo , pero la clase siguiente será peor , por que pensarán que lo hizo aposta para escaquearse del marrón , aun asi me ha gustado mucho mala
ResponderEliminarPor fin! jajaja ves? te ha salido algo estupendo, ha valido la pena esperar, me ha gustado mucho :)
ResponderEliminar¡Muchas gracias! Vienen más cosas nuevas ; )
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