Enamora a un pseudoescritor y serás inmortal.

Pasarán días, meses y años pero aquí seguirás. Tú, él y el otro.

Permaneceréis como si fuese el primer día, jovénes, alocados, felices, graciosos, geniales, preciosos, perfectos.

Y estáis conmigo. Todos. Y seguiréis viviendo siempre en estas palabras, con estas palabras, en mi cabeza y fuera de ella. En mis recuerdos y en los de los demás.

En la eternidad de las palabras escritas que jamás se las lleva el viento.
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