78/365

Suelo decirme a mí misma que aparecí en el momento adecuado de tu vida, que mi misión era salvarte ¡como si yo fuese una especie de superheroína! 
(una especie en extinción).

Me convenzo de que esos eran los renglones que teníamos escritos en nuestra historia y lo cierto es que nos ha quedado bonita al final. 
(pero no de punto y final, de punto y seguido).

Me gusta pensar que hice (bien) mi trabajo y que ahora estás aquí o allí gracias a mí 
(o por desgracia a mí, que también puede ser).

Y aunque llore, aunque grite, aunque quiera tirarme de los pelos y darme de golpes contra un armario a ritmo de "Dobby malo" tropezaría una y mil veces con la piedra que hizo que me cayese a lo más profundo de mis tinieblas porque a veces, ni siquiera son tan oscuras. 
Compartir:     Facebook Twitter

0 comentarios:

Publicar un comentario

¡No muerdo, comenta!