139/365

Necesitaba tantos mimos y amor en general que daba miedo mirarla por dentro, por si te caías en uno de esos agujeros negros de soledad, miedo, preguntas, ansiedad, dolores de cabeza y tristeza. Todo junto, todo a la vez, en una vorágine de sentimientos encontrados.

Y aquellos agujeros parecían difíciles de cerrar, como si no tuviesen fin, como si no tuviesen fondo porque a poco cariño que caía allí se lo tragaba aquel mar de oscuridad. Nunca era suficiente.

Compartir:     Facebook Twitter

0 comentarios:

Publicar un comentario

¡No muerdo, comenta!