Quiéreme con palabras de esas que necesito


-Te propongo una ducha calentita, unas zapatillas blanditas, un edredón bien mullido, un buenas noches, un beso en la frente y un te quiero antes de ir a dormir, ¿qué me respondes a eso? Está prohibido negarse –me sonríes y haces que te imite con solamente ver las deliciosas arrugas que salen junto a la comisura de tus labios.

-Me conformo con las dos últimas cosas con tal de que me saques de aquí –te contesto en un susurro.

Te levantas como un rayo y pasas tu brazo suavemente por mi cintura, dejándote deleitar por la sensación de que puedes abrazarme de nuevo, de que se ha terminado todo este drama. Te tiemblan las manos y aunque intentes disimular el suspiro de alegría y tranquilidad que te ha recorrido al darte cuenta de que te he perdonado, lo oigo perfectamente. Me acurruco contra tu pecho y me susurras con dulzura que ya estamos cerca de casa, sólo un último esfuerzo. En un suspiro entramos en el portal y en tu casa. No te paras un solo instante y me llevas directa a tu habitación. Mi corazón empieza a latir con fuerza inconscientemente, con los recuerdos gravados a fuego de lo que solía ocurrir en una situación así; pero me tranquiliza verte abrir la cama y obligarme a sentar en el borde para sacarme los zapatos (que te das cuenta de que me quedan apretados y niegas con la cabeza cuando ves las heridas de mis pies). Se me encoge el corazón con tu caballerosidad cuando me tiendes una de tus camisetas y te giras hacia la pared para no ver nada. Tonto, si ya me has visto desnuda –me digo a mí misma-, pero es el detalle de tu sensibilidad lo que me hace sonreír. Tu aroma me da un fuerte abrazo cuando la camiseta se escurre por mi cuerpo y me tapo con el edredón, haciendo ruido y en consecuencia que te gires hacia mí. Te pones de rodillas junto a la cama, tu cabeza frente a la mía y sonríes al verme allí acurrucada. Peinas suavemente mi pelo, deshaciendo los nudos de la noche con sumo cuidado y adoras la visión de mi pelo esparcido por tu almohada. Finalmente me das un beso en la frente mientras que me pides perdón y me quieres con palabras, pero mucho más con tus gestos. Un mar de lágrimas amenaza con desbordarse de mis ojos y cuando acaricias suavemente mi cara la tormenta se desata. Me suplicas que me tranquilice pero es que no puedo hacer nada por parar de llorar. Me abrazas con fuerza, siento que tu pena y tu sensación de culpa me traspasan y me sea inevitable no llorar con más fuerza. Me acaricias la espalda con un ritmo suave, calmando mis sollozos y cuando creo que he dejado de llorar otra lágrima se escurre por mi mejilla; pero esta vez tuya.

-Por favor –suplico con la voz desgarrada- quiéreme con palabras toda la noche, es lo único que necesito oír. Dame una sola razón por la que abrir mañana los ojos.

Se te parte el alma, el corazón y te tragas tu ira. Te odias a ti mismo por haberme dejado llegar hasta este punto y harías cualquier cosa para recompensarme. Te tiendes a mi lado sin dejar de abrazarme y cuando el primer sollozo sale de mi garganta posas tus labios en mi frente con dulzura, llevándote todos mis males.

-Una buena razón para que abras los ojos mañana es que te quiero, Éléonore y aunque no me creas yo sé que es realmente cierto. Duerme conmigo hoy, mañana y hasta el fin de los días. Quiero despertarme con mi cabeza hundida en tu pelo, con tus manos enlazadas a las mías y con tus pies fríos junto a los míos. Te prometí que hoy te enseñaría que es el cariño y así lo haré.

Deslizas suavemente tu nariz por mi cuello, aspirando mi olor y terminas por darme un beso de esquimal, y por supuesto, empiezas a quererme con palabras tal y como te dije. No tengo muy claro que es amar a una persona ni mucho menos que me amen (o por lo menos que me quieran), pero si esto es solamente una ínfima parte de ese sentimiento; por favor, no dejes de abrazarme nunca.

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5 comentarios:

  1. yo creo que él no se traga su ira. ni sus palabras. los dos han llegado a ese momento en que son indispensables el uno del otro. es bonito, ¿no?

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  2. Si hubiese leido tan sólo la última frase, ya me habría quedado encantada. Y el resto no es para menos.
    Tienes talento para escribir el amor y el cariño en palabras :)

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  3. Increíble, de verdad. Me ha encantado.

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  4. Sí, te aseguro que se ha tragado toda su ira y seguramente salga una historia más larga de aquí, pero no sé si bonita o no; ellos decidirán lo que ocurra.

    Nada de talento ni nada de increíble, pero gracias de todas formas :)

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  5. Que precioso, me encantan tus historias, son preciosas...
    Te sigo.

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