A las doce menos un minuto



Hoy, día de aniversarios y recuerdos se me ha ocurrido rescatar la caja de las fotos que guardabas bajo la cama. No es que hubiese muchas, pero verdaderamente una me ha llegado al corazón. Siempre te dije que odiaba esa foto, pero tú la adorabas como ninguna. Decías que aquella era la cara que ponía cuando tenía ganas de mimos, de peli, de chocolate y de ti, por supuesto, mientras que me abrazaba las rodillas como si fuese una niña, pareciendo más pequeñita de lo que ya era. Soy una tonta, jamás debería haber sacado esa caja de donde estaba, y menos esta noche. Queda apenas un minuto para que se acabe el día de nuestro aniversario de amordolorypenas y me he dejado ya de castigar pensando que vendrías a hacerme una visita, si es que cada día me vuelvo más tonta e ilusa.
Pero el timbre suena, tres segundos exactos seguido de tres golpecitos sobre la puerta. Decir que volé hacia la puerta es quedarse cortos, ni tropezar con la mesa, tirar el florero y arrastrar las sillas conseguirían alejarme de la puerta, ya que eras la única persona que timbraba así en el mundo. Y te veo allí, tan alto, tan triste, tan bonito, tan deshecho y con cara de que te faltase medio corazón. Se me hace inmensa la distancia que nos separa y te estrecho entre mis brazos, queriéndote sacar a apretujones toda aquella pena que tienes dentro. Me correspondes dándome un beso en la frente, acaricias mi pelo suavemente y enredas tus dedos en él con infinita memoria, como lo que era una costumbre.

-Un minuto, fue lo que me pediste –susurras es mi oído, sabiendo que aquel doloroso abrazo era nuestra salvación y perdición.

-Oh, vaya, no puedo creerme que no huelas a colonia de mujer –no sé ni porqué lo digo, pero me sale del alma y me hace sonreír.

-Estoy aprendiendo a hacer las cosas bien, por la chica que ponía cara de quererme un poco, aunque nunca lo haya merecido –me contestas al ver la foto que todavía sostengo en mi mano, la coges y dejo que te la lleves, al fin y al cabo siempre ha sido tuya.

Y te separas de mí, con la mirada baja y el reflejo de mis lágrimas en tus mejillas, que son tan reales como las mías. Intento alcanzarlas con mis dedos, pero atrapas mi mano derecha y la besas con infinita ternura. Te veo marchar, arrastrando los pies, tu pena y la mía, tus ganas de quedarte y también el saber que separados no nos hacemos daño, o por lo menos no tanto.

-Aleksi -es lo único que me sale decir mientras me escurro por la pared. Ni siquiera he entrado en casa pero tampoco me veo con fuerzas-. Vuelve…

Y ni toda el agua de los océanos sería comparable a las lágrimas que lloré, con mi mano derecha en el corazón, aún sintiendo tus labios.
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6 comentarios:

  1. jope lauritaa que cosas mas bonitaas! :)

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  2. "por la chica que ponía cara de quererme un poco" :) que buena descripción

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  3. "Y ni toda el agua de los océanos sería comparable a las lágrimas que lloré, con mi mano derecha en el corazón, aún sintiendo tus labios."

    Bff... sin palabras.

    Tee sigo^^ Soy del carrousel :)

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  4. ¡Gracias a todos!
    Me alegro de que os haya gustado :)

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  5. Estos dos me encantan, y el sentimiento de nostalgia que me regalan no tiene precio. Ese minuto, ese minuto...

    -Un minuto, fue lo que me pediste –susurras es mi oído, sabiendo que aquel doloroso abrazo era nuestra salvación y perdición.

    -Estoy aprendiendo a hacer las cosas bien, por la chica que ponía cara de quererme un poco, aunque nunca lo haya merecido

    ¡la madre que los parió a ambos! >___<
    ¡un besazo!

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