Tienen ese color de café tostado, sí, el color de una tostada recién hecha, calentita, antes de que la maquilles con mermeladas y margarinas. Las pecas son dulces (no es que las haya probado, claro) pero sí, me recuerdan a algo dulce. ¿Quizás azúcar moreno? Y bueno, los lunares también son cuquis, sobre todo la gente que tiene la espalda llena de ellos, como si fuesen un dálmata.
¿Un lunar fue una peca que comió mucho sol y se convirtió en lunar? (¿y si se comiese un poco de luna volvería a ser peca?). Oh, espera. Luna. Lunar. ¡Ya lo entiendo! Las pecas salen con la luz del Sol y los lunares con la luz de la Luna. Ahora todo tiene sentido. ¿Y la gente que vive en la Luna tendrá muchos lunares? Vaya preguntas.
Y luego están las verrugas, que son lunares muy grandes pero que están tristes. Han comido demasiado y se han dado un empachón de luz (de ahí el tamaño y el dolor de su barriga). Pobres verrugas.
Y hasta aquí, la clase de tejidos de hoy.
(y os dejo el issue que he hecho. Os agradecería mucho que dejaseis alguna impresión. ¡Se aceptan muchas críticas constructivas).
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