64/365

Fuimos unos amantes doloridos.
Nos habíamos querido con pasión, con odio, con cariño y con terror. Habíamos caído en una vorágine de sentimientos de la que no podríamos salir sin arrancarnos la piel y los sentimientos. Tratamos de escondernos de lo que nos unía (más yo que tú) y tratamos de huir (más tú que yo). Me quisiste dejar una y mil veces, tanto plantado como en vida y ni aún así fui quién de darme cuenta de que lo que yo más quería estaba sangrando en cuerpo y alma, que debía ser yo quien curase y cerrase aquellas heridas de por vida.

Y aún así tu amor por mí jamás murió, ni se hizo pequeño, se alimentaba de tu pena y eso era lo que le hacía seguir viviendo. Jamás entenderé porqué fue así y por qué no me has dejado marchar hoy. Por qué te agarras a mí como si fuese a evaporarme en cualquier momento. 
Compartir:     Facebook Twitter

0 comentarios:

Publicar un comentario

¡No muerdo, comenta!